***
¿Y ya está? ¿Esto es todo? Pues estamos apañaos con la météo...
Nos dijeron que iba a llover y, ciertamente, el domingo llovió. Alegremente, llovió. Con fuerza, llovió. Y el lunes, por la mañana, igualmente llovió - pero ya casi con desgana - y qué alegría caminar sintiendo las gotas repiquetear en el paraguas... El suelo encharcado - me fui caminando desde la estación de Ciudad Universitaria hasta la Escuela - me parecía un espejo donde se reflejaban las nubes, las ramas de los árboles y el borde de mi falda. Y yo pensé, ilusa de mí, que seguiría lloviendo, hoy, mañana, pasado mañana... Que nos daríamos un festín de agua, para lucir los impermeables de colores, sacar a pasear los paraguas de fantasía y quitarle el polvo a los árboles, que ya han comenzado a hacer el cambio de armario.
Pero no, hoy no ha llovido. No ha caído ni una mísera gota, y aunque dicen que mañana lloverá, eso está por ver.
Por favor, quiero que llegue el otoño para quedarse.
Necesito que las hojas de los castaños de Indias alfombren los paseos - aquí pintadas de amarillo, allá de rojo o de marrón...
Que el frío se deje de zarandajas y venga a instalarse en nuestras calles, y en mi vida, porque no puede ser que una no sepa a qué atenerse a la hora de vestirse para salir.
Quiero que llegue, de una puñetera vez, el otoño, y que llueva, por favor, que llueva...
Mari Carmen
Bonito blog, te sigo y te invito a seguirme!
ResponderEliminarhttp://cofredelaimaginacion.blogspot.com/
Al sacar a Benji, yo que iba muy veraniega, me he dado cuenta de que ha refrescado, y me ha venido un olor a lentejas con morcilla, que me ha transportado, por un momento, a casa de los papás, y he dicho, dulce otoño, ¿te vas a quedar, de una vez por todas? :)
ResponderEliminarHoy libro, estaré por aquí
Un beso
Lola