lunes, 2 de noviembre de 2009

Amanecer (II)



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Nunca vi amanecer como éste. La mar en calma me devolvía la sonrisa. Hoy estaba decidido a comenzar el primer día del resto de mi vida, y como tenía toda una vida por delante y mucho trabajo, ¿qué hacer...? Decidi empezar por algo sencillo, o por lo menos sencillo en apariencia: vaciar estanterias, quitar mil cachivaches, para hacerme una idea del tamaño de la empresa a la que estaba a punto de dar comienzo. No sabemos cuánto se acumula en una vida hasta que decides tirarla por la borda, y en mi caso todo lo había dejado atrás. Un día salí por la puerta... y hasta ahora. Vagabundeé mucho, conocí a mil personas y cientos de paisajes, y ahora sólo son recuerdos ya casi olvidados.Miraba las estanterias vacías. Qué fácil sería ordenarte a tí mismo, igual que se ordenan las alacenas, los cajones... Pero, bueno, aquí me hallaba, con una descomunal montaña de cosas inservibles y sin comida, de modo que tendría que bajar al pueblo, donde quiera que estuviera, e intentar no parecer un extraño.Andaba es esto cuando llamó mi atención una puerta. Al abrirla aparecieron ante mí los incontables escalones que conducían a la lámpara del faro. Subí. Por lo menos la linterna sólo tenía polvo y parecía en perfecto estado. Empujé la puerta que me permitía salir fuera. Sí, era realmente un amanecer renovador capaz de curar almas maltrechas. Solamente había visto, una vez, uno igual. Fue una noche, en unos ojos, abrazados, después de amarnos...

Loli

1 comentario:

  1. sabes que me gustará lo que escribas. Es bonito
    este relato que has puesto, en serio. Es fresco lo que dices como si estuvieras en la playa y la brisa te va dando en la cara. Sobre todo, escribe cosas alegres y que te gusten a tí. Para tristezas y locuras, ya está el de CUARENTA SUEÑOS, que está grillao, aunque es un chavalillo cariñoso. Diviertete y sigue con tu historia.... Debe ser bonita. Un beso de tu admirador.

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