Empezar un lunes, librando en
el trabajo, puede que para la mayoría sea poco habitual, pero es algo
normal para mí. Mis días libres pueden ser cualquier día de la semana, y los
acojo como se merecen, días de descanso, días de hacer lo que no puedo
en otros días, o para dedicarlos a mí y a mi familia.
Vi
amanecer cuando mi hija se iba a la universidad. A mi izquierda se
veía la claridad de los primeros rayos de sol, a mi derecha, aún lucía
una luna llena, brillante y hermosa.
Comencé
el día, después de una ducha y un buen desayuno, acompañando a mi madre
al médico. De regreso, fuimos paseando por la calle real, a un paso
tranquilo, al suyo, al que me gustó ir, cogidas del brazo, disfrutando
de la mañana, de su buena temperatura, del placer de una buena
conversación, de encontrarnos con otros viandantes.
Entramos
en un comercio para ver telas, un placer olvidado, cuánto tiempo sin
pasar mis manos por ellas... Nadamos en un mar de colores, de texturas,
tocamos e imaginamos. Mi madre vistió el salón con cortinas nuevas y le
hizo una funda al sofá, se hizo una batita fresquita de lunares, para el
verano, y yo mientras tanto imaginaba qué podía hacerme con un estampado de
leopardo, que tanto nos gusta a mi hija y a mí. Quedamos en que la próxima vez haríamos nuestro deseos realidad.
Lola
Una apacible mañana, bonita imagen, dulce compañía y esos sueños de tela... que ojalá puedan tomar la forma que gustan.
ResponderEliminarEs lindo deleitarse con las cosas sencillas que nos regalan los días... y disfrutar con nuestras madres, es algo que llena el alma.
Besos y linda semana!
Gaby*
el ver amanecer,el cafe mañanero,el ir a la compra sin prisas o el gentio de la mereria o de la tienda de telas....la tipica pregunta muchacha que vale el metro doble ancho de esta tela?,me llegara? ,como quieres hacerlo.....etc..,realmente me gustaba ese ambiente,hay cosas que se echan de menos, es verdad ,un saludo
ResponderEliminarToda una mañana, placentera, sí: un desayuno tranquilo, un paseo agradable, un ambienmte distendido, una charla apacible, disfrutar simplemente entrando en cualquier comercio... Esas cosas tan a la mano, que tantas veces no hacemos sin saber porqué, y que tanto se hecha de menos cuando se lleva tiempo sin hacer.
ResponderEliminarUn saludo, Lola.