Ruinas de la factoría de salazón, La Almadraba

Ayer por la mañana comencé lo que quiero hacer con asiduidad a partir de ahora, y es volver a dar grandes paseos. Cuando llega el calor reconozco que dejo de hacerlo, pero cuando el tiempo refresca, me lo pongo como obligación.

Desde que mi amiga Leonor hizo un dibujo de las ruinas de la factoría de salazón, que está camino de Camposoto, tenía ganas de hacerles fotos. Conozco el lugar y sé que merecía la pena, así que mi paseo de ayer tenía ese fin. Además, últimamente parte de mi vida se mueve entre ruinas, y me refiero, claro está, a las de Grecia y Roma.

Fue agradable pasear por el barrio de Gallineras. Es un lugar tranquilo, de casas bajas y humildes, situadas al filo de la carretera, que pertenecen a familiares de pescadores que llevan toda su vida viviendo de este oficio. Con sus portales llenos de macetas, sus pequeños huertos, gallineros y tapias por las que sobresalen las chumberas.

Al llegar a las ruinas, traté de traerme todo resto de lo que un día estuvo lleno de vida, no sin miedo, al meterme entre los matojos, por la picadura de algún animalito importunado por mi presencia.

La factoría de salazón, La Almadraba, situada cerca de las salinas del Estanquillo y Santa Leocadia, y frente al pequeño puerto llamado San Jeromín, donde no me fue difícil imaginar ver llegar los barcos cargados de pescado, trasportados a la fábrica, lavados y cortados para luego ser tratados con sal para su conservación. 

Lola

EDM Challenger#10: Draw your hand or hands (Dibuja tu mano)

Lola