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Fue el verano pasado, en agosto. Paseábamos por una calle, cerca de la Grand Place, cuando vi el escaparate de aquella pastelería árabe y me enamoré de todo lo que contenía. Lo primero que te asaltaba era el colorido, después el aroma a canela, naranja, azúcar, almendras, miel... que se escapaba por la puerta abierta. Todos aquellas fuentes repletas de dulces, me estaban llamando a gritos. Y no pude resistirme. Entré, elegí, compré y me los fui comiendo mientras caminaba despreocupada por las calles de Bruselas. Nada más morder el primero, un mundo exótico y lejano se deshizo en mi paladar, inundó cada célula de mi cuerpo, se apoderó de mi voluntad y me dieron ganas de dar media vuelta y entrar de nuevo en la pâtisserie, para llevarme unos cuantos más.
Meses después, en mi viaje a San Fernando (Cádiz), volví a sentir algo parecido. Paseaba sola por la calle Real, una plácida mañana de diciembre. Encontré una pequeña pastelería árabe, entré y me dejé inundar por aquel olor tan familiar y tan agradable. De nuevo compré los dulces que sabían a dátiles, a mazapán, perfumados de canela y bañados en miel. Una pura delicia. Ni siquiera tuve en cuenta las calorías. Me olvide de contarlas - sabía que mi cintura no se iba a resentir por ello - y me limité a paladear aquellas maravillas.
Y es que esta tarde, que está gris y lluviosa, lo que deseo es tener cerca de mí una buena taza de té y unos cuantos dulces adornados de piñones y almendras, mientras busco una hermosa foto para mostrar al mundo.
Eso es lo que a mí me apetece, pero... mirando la foto que ilustra esta entrada, ¿es que no les apetece a los demás?
Eso es lo que a mí me apetece, pero... mirando la foto que ilustra esta entrada, ¿es que no les apetece a los demás?
Mari Carmen
GOLOSAAAAAAA. Pregunto, bueno casi no pregunto, yo no pensesaba que la pasteleria arabe fuera ta rica. No soy racista, no lo probe nunca. besos
ResponderEliminarQué me vas a contar! El té y los pastelitos árabes....y ya puedo morir tranquila. Bueno vivir tranquila. Un beso.
ResponderEliminarQue delicia, la primera vez que los probé los llevó una compañera al trabajo,y la segunda vez cuando los compraste tu el año pasado. Creo que voy a hacer un chocolate para mi hija y otro para mi, y tal vez haga un bizcocho :)
ResponderEliminarUn beso
Lola