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Segovia.
El día ha amanecido radiante. Ni una nube en el cielo. Abrí las cristaleras de la terraza de la habitación y miré el espectáculo que se ofrecía ante mí: toda Segovia bañada en luz dorada. Realmente maravilloso.
Pero había algo más. Globos. Globos de colores siguiendo las corrientes. Globos que subían y bajaban, y enmarcaban... ¿la ves bien, Lola? Al fondo, entre los dos globos, ¿la recuerdas? Exacto: La Mujer Muerta. La que cada día saludábamos, al salir a la calle, cuando vivíamos en Revenga.
De Revenga, lo único reconocible era La Mujer Muerta. Y algunas de las piedras que tanto abundaban cuando vivíamos allí. Lo demás, todo me era desconocido. Ni siquiera supe ubicar con certeza el lugar donde un día estuvo el cuartel.
Revenga. Segovia
¿Posiblemente aquí estuvo el cuartel?
¿Posiblemente aquí estuvo el cuartel?
Pero no importaba, La Mujer Muerta estaba allí, como siempre, y la presa, el embalse, también. Estuvimos comiendo en un mesón precioso, en el pueblo, al borde de la carretera.
Revenga. Segovia
Nada de cochinillo, que es lo tipico, no, yo tomé una ensalada y un plato de huevos fritos con chorizo, lomo y patatas. Algo que jamás tomo - y me refiero al chorizo y al lomo - pero el sábado me apetecía y decidí que, aunque seguramente engordaría cien kilos, me daba igual. Me supo a gloria, si bien es cierto que del chorizo y el lomo sólo tomé una pizca.
Ha sido un fin de semana muy agradable. El Parador de Segovia es estupendo y el desayuno buffét, una locura, el mejor que he probado de todos los hoteles donde he estado, ya sea en España o en el extranjero.
Hacía muchos años que no disfrutaba tanto de un paseo por Segovia. Espero volver por la provincia no muy tarde.
Ah, y no he engordado nada de nada, a pesar de los huevos fritos, el lomo, el chorizo, y todos los pasteles que me he tomado esta mañana en el desayuno, que estaban... pa morirse de buenos. Y otra cosa... ¡he comprado dulces de Coca! ¿Te acuerdas, Lola, de las rosquillas de palo? Pues algo así...
Buenísimos.
Ah, y no he engordado nada de nada, a pesar de los huevos fritos, el lomo, el chorizo, y todos los pasteles que me he tomado esta mañana en el desayuno, que estaban... pa morirse de buenos. Y otra cosa... ¡he comprado dulces de Coca! ¿Te acuerdas, Lola, de las rosquillas de palo? Pues algo así...
Buenísimos.
Mari Carmen
Mari Carmen como algro, pero dime, no se lo digo a nadie jujujaaa, engordaste, logico huevos chorizo lomo y pasteles ... = kilos. un abrazo no te enfades es broma
ResponderEliminarMe alegra que hayas pasado esos momentos de recuerdos y buenas comidas. Un beso
ResponderEliminarQue bonitooo! La Mujer Muerta!!. Me alegro que hayas disfrutado tanto. Me encantaba el cuartel, y el piso donde vivíamos, con sus puertas blancas (quiero poner mis puertas en blanco, también :))
ResponderEliminarY las piedras o peñas!, como me gustaba jugar en ellas...
Lola
Hola, Chus :) Pues no, no he engordado nada por varias razones: porque comer, como con mucha mesura; porque cuando salgo de viaje, estoy caminando todo el día y porque en concreto esa noche no cené. Así, pues, me marché con 57 kilos, y con ellos he vuelto :) He comido lo que he querido y estoy como me fui. Gracias por tus palabras, guapa :)
ResponderEliminarUn abrazo
Mari Carmen
Gracias, Leonor. Es muy bonito poder pasar un fin de semana tan agradable.
ResponderEliminarUn abrazo
Mari Carmen
Sí, hermana, ese verano todos trotábamos por las peñas cual cabras, jajaja. La sensación de libertad era maravillosa.
ResponderEliminarMari Carmen