Intenté olvidarte, mil veces. Le grité al sol y a la luna que tu amor me comía por dentro, haciéndome enloquecer al no tenerte. Exhausto, tendido en la arena, acunado por la brisa y el mar, decidí abandonarme por siempre al calor de tus labios, al olor de tu piel y a la cárcel de tus manos.
Mi condena sería amarte hasta el fin de mis días.
Dulce condena, y preciosa carcelera.
Mi condena sería amarte hasta el fin de mis días.
Dulce condena, y preciosa carcelera.
Bonitas palabras y bonita imagen :)
ResponderEliminarLola
Preciosa la foto y apasionadas las palabras.
ResponderEliminarUn beso.