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Una lo sabe, porque lo ha vivido año tras año, que cuando se vuelve de vacaciones hay que estar, al menos tres días, organizando cosas... Que si la lavadora, la plancha, las compras... La jornada se va en un abrir y cerrar de ojos, pero como una viene renovada y con ganas de casa, todo lo da por bien empleado.
Estar de vacaciones también ayuda. Es por eso que hoy, por ejemplo, me he dedicado a algo sencillo, pero gratificante: nos hemos ido a IKEA, y de paso a Alcampo, para hacer la compra semanal. En IKEA hemos paseado entre muebles y cacharros. Al final, he comprado un bote de cristal para mis tenedores de madera, y unas planchas de cartón de colores, para formar un par de cajas que me servirán para poner mis telas lindas.
Pensábamos quedarnos a comer allí, en IKEA, pero hemos decidido que lo mejor era tomarnos algo a media mañana, hacer la compra y volver a casa. Y así ha sido. A las 12 nos hemos tomado un trozo de tarta, y un té, que me ha sabido a gloria. Después... las compras, y por último a casita, a preparar un pollo al ajillo y una ensalada maravillosa, terminando con una sandía que ha sido refrescante, tanto como si te tomaras un inmenso vaso de agua azucarada.
Y es que esto, para mí, son cosas sencillas, pero encantadoras que me hacen sentir muy bien.
El resto de la tarde... un poco lectura, un baño de pies con sales de olor, y ver algo la tele.
The simple life...
Mari Carmen
Esta bien la idea, sale de rutina diaria. un abrazo
ResponderEliminar¡que linda entrada! hasta me parece que he hecho el recorrido contigo, feliz regreso!
ResponderEliminarsaludos
Muchas gracias, Chus, Adelfa. Ya estamos aquí y dispuestas a mantener este blog actualizado tanto como sea posible.
ResponderEliminarAbrazos