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Nunca conté la edad por horas, días, años... Preferí contar por besos y caricias. Besos que duraban dos segundos o un año, caricias eternas, placeres rápidos, como el rayo. O que igual duraban meses. Nunca conté el tiempo, la edad, basándome en un reloj, porque descubrir recovecos en la piel de quien se ama, encallar en su piel haciéndola estremecer, o buscar estrellas y constelaciones uniendo con tus dedos, con tu lengua lunares pequeños y beber una y otra vez de su manantial, dando todo lo que te pida, para eso no hay tiempo, ni edad, cuando se está vivo. Sólo importa hacer feliz a quien te contesta cuando le dices te quiero.
Loli.
Qué bonito, hermana, es una entrada preciosa :)
ResponderEliminarUn beso
Mari
es lindo lo que has puesto y me gusta mucho la ultima frase. Ves como no era tan dificil. Anda que yo dando consejos cuando tu me los dabas a mí. La cosa tiene guasa!. Sigue, que estaré esperando siempre lo que escribes. un beso .
ResponderEliminarSi que está el comentario que has dejado en Hilvanado la Vida. Mira de nuevo en mi blog, verás como está, y también mi contestación :)
ResponderEliminarUn beso
muy bonito y sentido lo que dices, un besote grandote de tu primote
ResponderEliminarMe alegro de que os haya gustado. Un beso
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