-¿En una inmobiliaria?- le dijo incrédulo su marido-
¿y qué entiendes tú de eso?
- No mucho mas que tú, pero es lo único que
me han ofrecido. Pero imagínate, incluso tienen en venta ¡casas de indianos!. Sé tanto de ellas, que venderé su historia. Ese será mi secreto.En una tarde plomiza de otoño, bajó del coche y miró hacia la casa. La Casa Verde. Una hermosa casa de principios del siglo XX.
Había recibido una llamada de alguien que quería verla, una voz de mujer, un tanto extraña. Como aún era temprano, sacó las llaves y abrió la puerta, quería respirar su ambiente.
Paseó recreándose en cada rincón, desde el vestíbulo a la cocina, de allí al salón. Subió las escaleras. ¡Que preciosidad de casa!.
Una vez arriba, se sintió atraída por una habitación pequeña de color turquesa. Tropezó con algo que había en el suelo al entrar, una muñeca, y se agachó para recogerla.
Se acercó a la ventana y miró por ella. Abajo en el jardín, vió una niña meciéndose en un columpio. Una carita pálida, que alzó la mirada.Un relámpago seguido de un trueno, que iluminó toda la habitación, le hizo sentir un escalofrío, y comenzó a llover.
Tras la cortina de lluvia, vio desaparecer a la niña. Pensativa bajó las escaleras. Había oido hablar de casas con fantasmas. Sonrió. También ésta tenía el suyo.
Lola
Mi peor pesadilla
Intentaba tranquilizarme, y pensar que solamente era una pesadilla.
Sí, solo era eso, un mal sueño.
Si yo no había hecho nada, no entendía entonces, porqué sentía esa angustia. No recordaba cómo sucedió, ni siquiera recordaba quien era, y por qué lo maté, pero estaba allí, encerrado, emparedado. ¿Como pude hacerlo?.
Tenía que ser un sueño, pero ¡era tan real!. ¡Dioooos!, ¿por qué? Quería despertar y no podía, ¿acaso significaba que era un hecho?
¡¡Nooooo!!
Lola
Jeje dos Micros para el susto.... Que miedo o o o!. Un beso... Buen fin de semana.
ResponderEliminarLa primera historia, al menos parecía ser el encuentro con fantasmas inofensivos, de esos que se dejan ver pero no atacan...al menos eso se da a entender! jejeje...la casa que ilustra, una belleza. (confieso que tuve que ver de qué se trataba el término "indiano"...después comprendí.
ResponderEliminarEl segundo relato...qué horrible pesadilla!...el no poder despertar es la más elaborada de las trampas que nos prepara el subconsciente!
Un abrazo.
Sin ver la imagen, por tus palabras imaginaba una casa así, incluido fantasma ¿bueno?. El segundo micro ufffff! mejor no imanigar...
ResponderEliminarUn abrazo.
esta noche dormire con los ojos abiertos .........y ese columpio.........muy bueno breve e inquietante ,muy bueno lola
ResponderEliminarLa imagen del columpio pone el pelo de punta.
ResponderEliminarLas casas antiguas siempre encierran historias, como mínimo, inquietantes, y la que tú nos muestras es un buen ejemplo. Y no digamos de los sueños... Dos relatos para quitarnos un poco de tranquilidad. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
La inclusión de niños le da un cierto toque de terror añadido a este género de relatos. La conjunción inocente niña - columpio - casa colonial, reune todos los elementos para quitarme el sueño.
ResponderEliminarEn cuanto al segundo relato, Brrrr, ¡emparedado! ¿sueño?, posiblemente no, ¡quien sabe!.
Ambos relatyos me han encantado, Lola.
Un abrazo.
Que tendrán las casas de estilo, que gustan tanto y dan miedo. Con esos escalones crujientes. Ni hablar de las niñas, que aquí parece que solo era un fantasma.
ResponderEliminarEl segundo ni me le animo .)
Excelentes los dos.
Un abrazo.
Con lo que me pirran a mí todos los asuntos de terror y lo envalentonada que me pongo cuando veo o leo algo de ese género, con tu segundo relato se me han puesto los pelos como escarpias!!! O_O
ResponderEliminarBesos, Lola, y que pases un buen fin de semana.
ha habido una conferencia en zamora de una tipa que pertenece al grupo HEPTA, es decir, de una sensitiva. en esa conferencia defiende la naturalidad de la muerte, amén de defender a los seres que se quedan a medio camino entre la vida y la muerte. también esta segunda defensa la hace con naturalidad.esta naturalidad de la que hablo y habla la sensitiva del grupo HEPTA es con la que tú afrontas el más allá en el primer relato...
ResponderEliminaren el segundo la angustia es tal que prefiero no decir nada..joderse con la jodida angustia...
medio beso.
Que buenos micros. El primero me encanta ese humor y esa especie de alegría que le da a la protagonista saber que por fin ha encontrado una casa con su fantasma y todo. No todo va a ser malo
ResponderEliminarEl segundo es sencillamente genial, una pesadilla aterradora que no te puedes imaginar si es o no realidad. Espero que no.
Un abrazo
Es realmente maravillosa la forma tan natural de tu relato. Ella, impàvida..¡que bueno tener un fantasma!
ResponderEliminarEl segundo realmente bueno...¡faltaba mas! una asesina con...¿Alzheimer?
Mis aludos
Ay qué miedo da el segundo, miedo de lo que somos capaces de hacer en un rapto de inconsciencia. Y el primero me ha dejado con unas ganas locas de más, sería el perfecto comienzo de una novela de fantasmas. Un abrazo.
ResponderEliminarEsas casas me dan miedo, siempre hay historias tenebrosas sobre ellas, yo hubiera salido corriendo en vez de sonreir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me olvidaba de comentarte el segundo relato, es fuerte, justamente escribí algo sobre una situación parecida para el blog de Luis, esas pesadillas que están disfrazadas de realidades, son terribles.
ResponderEliminarOtro abrazo :)
Casa con fantasma (pa' morirse de miedo) y más miedo, con esa "pesadilla" real... los dos perfectos, Lola.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buenos los dos, es cierto que el primero da para mucho más,pero como micro te ha quedado genial,la pesadilla terrible y peor aún si no lo era.
ResponderEliminarBesos:)
Ha sido un placer disfrutar de tus dos micros en "tu casa". Prefiero pasar de largo por las casas de los micros, ya sabes, por si acaso...
ResponderEliminarSaludos.
Qué preciosa casa con fantasma y todo. Y qué valiente protagonista que acepta el hecho con tanta naturalidad.
ResponderEliminarEl segundo de pesadilla, un mal sueño.
Un beso.
La casa es preciosa de verdad, yo me la compraría con fantasma y todo. El segundo relato, una angustia, me hizo recordar sueños antiguos en los que intentaba gritar y no podía, por suerte ya no los tengo.
ResponderEliminarGracias por participar ¡
Me gusta el primero, das un tono genial para hablar de esas casas de indianos, fatuas y llenas de misterios. Como nieto de indiano (que no construyó ninguna casa), me llega más.
ResponderEliminarBesos.
Preciosa casa encantada, no hay que fiarse de las aparencias, Lola me he paseado por ella embelesada por tus delicadas palabras, felicitaciones y disculpas por el retraso, estuve fuera.
ResponderEliminarEl segundo se encierra en una pesadilla de esas que no son raras, digo yo, jejeje. Besito.