Hacía
tiempo que no pasaba por el parque Almirante Laulhé. Cuando el año
pasado lo vi sin vallas, no me gustó, porque soy de la opinión de
que los parques vallados, con su horario de apertura y cerrado, están
más protegidos y mejor conservados.
He buscado la noticia, en el diario de Cádiz, sobre
por qué quitaron las vallas, y sus razones son
convincentes: lugar de paso para los ciudadanos, céntrico, bien situado y
comunicado, ideal para celebrar eventos.
Con
motivo de la celebración del Bicentenario de la Cortes de Cádiz, ha
tenido lugar la VIII Feria Gastronómica de la Bahía en dicho parque. He
podido visitarla con unas compañeras y he disfrutado de sus tapas y de su
buen ambiente.
Al salir de allí, durante la noche, me he quedado
asombrada de ver cómo cuatro patos cruzaban la carretera y se dirigían
al monumento de Las Tres Marinas, que hay en la rotonda, ante la
impasividad de la gente.
El lunes 24, fiesta
local, me dirigí de nuevo al parque con la intención de hacer unas
fotos a los patos, pero nunca imaginé que conseguiría el motivo de mi
denuncia, esa indiferencia y falta de protección que tienen estos
animales. Lo ven algo
normal, incluso gracioso, ¡pero que listos son! Van de aquí para
allá, campando a sus anchas, como si aquello fuera un prado; se van hasta la clínica veterinaria y quizá cualquier día los vemos
visitando la iglesia de San José Artesano, y algún otro hasta se vayan al Mercado.
Señores
políticos, han quitado las vallas al Parque de los Patos, pero se
olvidaron de que estos animalitos siguen viviendo allí, desprotegidos de
cualquier vándalo que quiera hacerles daño y de los peligros de la
carretera.
Si queremos seguir conservándolos y difrutando de su presencia, por favor, hagan algo.
Lola Polo
Yo también estoy de acuerdo, hay que tomar medidas porque corren peligro los patos y también las personas que pueden tener un accidente al intentar esquivarlos.
ResponderEliminarEsto viene pasando desde hace mucho tiempo. Espero que pongan algún remedio antes de que sea tarde.
Un beso.
Una prueba más del desinterés y la desidia de este Ayuntamiento; debo de reconocer que me temí lo peor cuando quitaron las vallas, y, sin embargo, parece que el Parque está aguantando sin destrozos, lo que no deja de ser noticia, visto los tiempos que vivimos. Y en cuanto a los patos, bueno, no es la primera denuncia relativa a ellos: el estado de conservación de su "patera" (?) siempre ha dejado mucho que desear.
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