viernes, 17 de agosto de 2012

Azul y Blanquita

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Las compré después de unos meses de haber perdido a mi periquito, Pipi, que campaba a sus anchas por casa y que hacía las delicias (también travesuras) de toda la familia. De ahí la razón de que no me gusten los pájaros enjaulados, pero pensé que aquellos habían nacido sin libertad, así que les propuse un trato, yo los cuidaría y ellos me alegrarían la vista con sus preciosos colores y la vida con sus juegos, sus gorjeos y sus cariñitos, dándome ese calor que solo dan esos animalitos que conviven contigo.



Me dijeron que eran hembras, Azul, la del plumaje azul-verdoso y Blanquita, por su color blanco y tonos azules palidos. Les compré una jaula grande y las vi crecer durante más de ocho años. Piaban para que les subiera la persiana, al llegar la mañana, para ver la claridad del día, y para que las tapara cuando era de noche porque querían dormir. Peleándose por ser cada una la primera en comer la manzana o la lechuga diaria, o esperando que les pusiera un poquito de pan al verme comer. Picoteando su barrita de cereales, acicalando sus plumas o rascándose la una a la otra. 

 
Formaban parte de la alegría de mi salón. Prendada de su belleza, me gustaba mirarlas, daban tranquilidad a mi vida estresada. Hasta ayer permanecieron juntas, porque ayer se me fue una de ellas, Azul. Fue triste ver cómo se iba apagando su vida.

Afortunadamante tengo vídeos, pequeños trozos de sus vidas, que me harán revivir momentos de felicidad. Aún me queda Blanquita, le hablo y la mimo ahora más que nunca. La jaula cerca del lugar donde leo o escribo, como estaba antes, siempre cerca, alegrándome mis horas. 

Lola



 

2 comentarios:

  1. Lamentablemente esos son los riesgos de cuando uno se encariña, ya sea con personas como con mascotas. Duelen mucho sus ausencias pero esa tristeza inevitable es parte del costo que debemos considerar como parte del intercambio afectivo que nutre la vida. Si no les hubiésemos amado, no sufriríamos con sus partidas.

    Un abrazo.

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  2. Los periquitos necesitan pareja, al menos eso tengo entendido, dicen que es porque son muy cariñosos. Siento que se haya ido Azul, da mucha pena.

    Un abrazo Leonor

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