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Un día lluvioso. Después de días con altas temperaturas, viene como caído del cielo, nunca mejor dicho. Habiendo trabajado de mañana, tengo la tarde libre. Una tarde ideal, para quedarse viendo la novela, montar las dos sillas que me quedan del salón - ¡sí!, ¡lo estoy renovando! - o intentar escribir algo que poner en el blog.
Pero hoy es jueves y toca gimnasio. Sólo voy dos días a la semana, el otro es el martes.
Después de venir, medio muerta tras una hora intensa, en las que nos han matado a abdominales, pero satisfecha de saber que he cumplido con mi deber, como recompensa, en la cena, de postre, me he comido un helado.
Lo mejor... que mañana mi turno de trabajo es de tarde, no tendré que levantarme a las 6.30, podré ver la tele con mis hijos, y como cada noche, antes de dormir, ya en mi cama, leeré las entradas de los blog de mis amigas.
Lola
Lola
¡Qué envidia me da la fuerza de voluntad que tienes para irte al gimnasio! Con mi horario no encuentro el momento de poder hacerlo, ni siquiera tengo ganas de salir a caminar. Te deseo buenas noches. Un beso.
ResponderEliminar"El optimísmo es un elemento vigorosamente constructivo,cuya influencia en el individuo equivale a la del sol en la vegetación"(Orison S.Marden)
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Saludos.