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No. Hoy no pienso abrir mi ventana a la noche desbocada. Esta noche, no. No voy a dejarme seducir por esa luna que zalamera me llama, ofreciéndome una diadema de falsas estrellas; ni siquiera me dejaré engañar por el brillo de Venus, o de Sirio, o de cualquier otro lucero ocioso que recorre el cielo, distante y pretencioso.
Esta noche no les ofreceré mis anhelos, ni mis sueños. Me quedaré tras los postigos, oculta por la tibia oscuridad. Nada quiero que me importune, nada que me distraiga mientras voy tejiendo esta tela de araña con mi tristeza, mi ansiedad.
Esta noche no dejaré que la luz me haga vulnerable, que exponga mis deseos e ilumine mi alma. Esta noche con mi soledad me basta.
Esta noche no dejaré que la luz me haga vulnerable, que exponga mis deseos e ilumine mi alma. Esta noche con mi soledad me basta.
Mañana...
Ya veremos mañana...
Ya veremos mañana...
Mari Carmen
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