Te oigo a través del teléfono.
Tu voz me llega clara, y ríe.
Y sé que todo está bien.
Tu voz, que no cambia,
que no se arruga.
Y te veo con tu vestido de flores
azules y amarillas,
junto a las olas,
el pelo alborotado
y los ojos llenos de luz.
Estás ahí, a mi lado,
porque siempre lo has estado.
Con tu voz que me acunó
cuando aún no era,
y cuando fui.
Y aún me acuna,
con su risa.
Me hace estar tranquila.
Me da seguridad.
Porque si siento que tu voz ríe,
es que existe la armonía,
y sé que todo está bien,
mamá.
Tu voz me llega clara, y ríe.
Y sé que todo está bien.
Tu voz, que no cambia,
que no se arruga.
Y te veo con tu vestido de flores
azules y amarillas,
junto a las olas,
el pelo alborotado
y los ojos llenos de luz.
Estás ahí, a mi lado,
porque siempre lo has estado.
Con tu voz que me acunó
cuando aún no era,
y cuando fui.
Y aún me acuna,
con su risa.
Me hace estar tranquila.
Me da seguridad.
Porque si siento que tu voz ríe,
es que existe la armonía,
y sé que todo está bien,
mamá.
Mari Carmen
Yo no tengo padre, pero esta siempre a mi lado y me ayuda mucho. besos
ResponderEliminarEl amor hacia los padres,es una obligación prioritaria que todos hemos de tener.
ResponderEliminarLa vida es amor vívela honesta y profundamente.
Tus versos muy profundos.
Saludos!!!
Pues desde Gran Canaria, muchas felicidades, me agradó el post.
ResponderEliminarLa voz, el tacto de sus manos, hasta su olor. Una madre siempre será nuestro más fuerte apoyo para todo........lástima que, cuando más falta nos hacen, no suelen estar, que es en nuestra madurez.
ResponderEliminarUn cordial saludo.