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Después de tanto dormir - sueño alejado y oscuro - aprendí a ver el bosque en sus ojos verdes y limpios. Me enseñó cómo el amanecer levantaba la calima en ellos, cómo dejaban paso a la luz más intensa, desterrando, con sólo un parpadeo, mis temores más ocultos, dando sosiego a mi alma maltrecha y seca.
Sí, aprendí a ver cómo el rocio alivia pesares y muestra un camino de arco iris. Buscaba en ellos arroyos de agua fresca donde saciar la sed de amar; cómo el agua mojaba piedras y buscaba cobijo en las ramas que sobre ellos caían. Y me mostró cómo la tenue y cálida luz de la luna los adormecia y acunaba, y con ellos mil besos y mil caricias robadas.
Y cae la noche.
Y llega la lluvia.
Y no quiero perderlos, porque eso sería volver al abismo, volver a la nada.
Lola
Qué bonito... :)
ResponderEliminarUn beso
Mari