Adentrándome en el mundo de los conventos, para tener un mayor conocimiento de estos lugares, me encantaría pasar unos días descansando en uno de ellos, disfrutando del buen hacer de sus moradores, de esa tranquilidad que deben respirar y admirando su belleza arquitectónica.
Como ninguna de las historias que tenía en mente han cuajado, y estando cerca Navidad, os dejo una receta sencilla, salida del convento, que he encontrado en la red y que pienso poner en práctica. Espero que os guste.
Su nombre original es beijinhos de freira, y es una receta portuguesa.
En Portugal, respecto a estos dulces, se cuenta que las monjas de Guimaraes, del Convento do Carmo, tenían por costumbre colocar en la puerta del armario, donde los guardaban, la siguiente leyenda, "Em louvor de S. Benedicto que nao venhan as formigas ca dentro" (En honor de S. Benedicto, que no vengan las hormigas aquí dentro.)
En Portugal, respecto a estos dulces, se cuenta que las monjas de Guimaraes, del Convento do Carmo, tenían por costumbre colocar en la puerta del armario, donde los guardaban, la siguiente leyenda, "Em louvor de S. Benedicto que nao venhan as formigas ca dentro" (En honor de S. Benedicto, que no vengan las hormigas aquí dentro.)
Ingredientes:
110 gr. de almendras sin piel
80 gr de agua
850 gr. de azúcar
10 yemas de huevo
Azúcar para rebozar
Picar las almendras con una picadora o batidora (también se puede utilizar almendras molidas)
Colocar en el fuego el agua y el azúcar, hasta obtener un almíbar.
Picar las almendras con una picadora o batidora (también se puede utilizar almendras molidas)
Colocar en el fuego el agua y el azúcar, hasta obtener un almíbar.
Separar las yemas de las claras y reservar.
Añadir al almíbar la almendra picada y las yemas del huevo y dejar cocer unos 15 minutos, aproximadamente, hasta tener una masa consistente.
Colocar la masa en el frigorífico durante 12 horas.
Pasado este tiempo, hacer pequeñas bolas con las manos húmedas y pasadlas por azúcar y colocarla en moldes de papel para pastelitos.
Lola
Graciaas, hermana. Ya me gustarîa ir a un sitio de esos, pero ya se andara
ResponderEliminarUn beso.
Lola
Unos dìas de descanso y una receta así resultan una tentación imposible de evitar y aunque, merecen varios Ave Marìas y un Yo pecador... si podía no me los perdía!!!
ResponderEliminarLa receta está para copiar, hacer y comer!!!! gracias por la dulzura.
besos
Creo que tu aporte ha sido muy apropiado Lola......
ResponderEliminarUna idea genial, pasar unos días en la paz de un monasterio. Qué dulces los besos de monjas, son como las yemas de Santa Teresa.
ResponderEliminarHas tenido una buena inspiración.
Besos
A rediez, una receta en el relato, GENIAL!!!, además, le digo a mi esposa que se pase por aquí, jeje...
ResponderEliminarUn beso
UUUUUUMMMMMMM, Mari Carmen, sin contar con la paz, la serenidad, nos regalas una piadosa,jejeje y deliciosa receta que me apunto, a ver si me sale que no tengo yo mano de santa, o la elabora mi marido que es mañoso cocinero.
ResponderEliminarUn gozo verte juevera y un placer como siempre tus dibujos como el de la cabecera, besitos.
No sé si es una experiencia religiosa... pero sabrosa sin dudas! jaja!
ResponderEliminarHas puesto el toque dulce a la propuesta, lo que me ha parecido muy original, y ciertamente, en los conventos no solo se cuecen habas -como se ha visto por ahí. también las labores culinarias son de tener en cuenta. Por algún lado, comenté sobre los "bocaditos de monja" receta que heredé de mi abuela, muy ricos también. Por algo tantos nombres de manjares, postres, panes y... se me hace agua la boca! :p haciendo alusión a monjas y frailes. (lo de frailes va por las "borlas de fraile", unos bizcochos que son muy ricos también)
Besos!
Gaby*
Esta receta la preparo seguro, tiene una pinta...Un toque dulce a este jueves, porque no solo de rezos se vive.
ResponderEliminarUn beso Lola.
Buenísimo tu aporte sobre los conventos, jejej..y la anécdota sobre el rezo a modo de conjuro que hacían las monjas para que las hormigas no les coman los dulces es para enmarcar jejej.
ResponderEliminarUn abrazo!
Menuda pinta tienen! Tomo nota ;-)
ResponderEliminarBss.
Pásate por mi blog y tendrás un premio que te recordará mi primera convocatoria. Muchas gracias por participar
ResponderEliminarExiste una ancestral tradición en los conventos y monasterios de elaboración de dulces y licores. Su fama es bien merecida. Me estoy acordando de un magnífico licor a base de eucalipto que tuve ocasión de probar en el monasterio de Oseira en la provincia de Orense.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Lola...aunque vengo poquito, ya que no visito mucho los blog por falta de tiempo, te tengo en mi lista de blog ..y hoy estoy intentando visitar a algunos. Felices fiestas y próspero año nuevo en compañía de los tuyos es mi deseo para tí. Besos. Me ha gustado la receta...la apunto...ah y la idea del convento...unos diítas allí uhmm...si...jaja. Yo también me iría. Besoss
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