Puerto de Ferrol
La Coruña
Todos los puertos me recuerdan al Puerto de Motril, a esos veranos en casa de mis padres, en la barriada de Santa Adela, y a los paseos al puerto pesquero.
La belleza y el olor de las madreselvas, que asomaban por los muros de las casas vecinas, al ir hacía allí.
La entrada del puerto, y su paseo de palmeras. El club Naútico y su puerto deportivo.
Aquellos jardinillos con sus bancos de piedra, donde palmeras y pinos daban sombra y los geranios rojos alegraban la vista.
Las barquitas con grandes faroles, que se mecían en el agua, y los cangrejos que salían de las rocas a tomar el sol.
El puerto comercial con sus enormes grúas y la farola en cruz de la escalera real.
El puerto pesquero era un hervidero de vida.
Los barcos que llegaban de faenar cargados de pescado, y los que salían a la pesca nocturna.
Las gaviotas revoloteando bulliciosas al olor del pescado y la lonja donde llevaban las cajas de pescado para su venta.
Los colores de los barcos, las redes de pesca, y los destellos de la luz del faro al caer la tarde.
Lola
Todos los mares y todos los puertos nos recuerdan a los de nuestra infancia.
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