sábado, 11 de diciembre de 2010

Los Regalos

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Nosotros no teníamos Papa Noël que la noche del 24 nos dejara regalos bajo las ramas olorosas de un abeto bellamente adornado. Los que en nuestros sueños se afanaban, de aquí para allá, a trote de camello, eran sus Pobres Majestades los Reyes de Oriente, que a saber dónde quedaba aquel Oriente o si en realidad existía. La única certeza que teníamos era que debían ser muy míseros porque el día 6 de enero apenas si había juguetes sobre los zapatos - una pequeña mecedora de plástico, algún muñeco diminuto, un cochecito de metal, un juego de café, el parchís... - pero los que recibíamos eran tan sorprendentes como un milagro. Después tocaba salir a la calle y presumir de tan poca cosa frente a los otros, que tenían igualmente casi nada.

Nosotros, en nuestra infancia, no disfrutábamos de Papa Noël y tampoco de chimeneas donde colgar calcetines rojos ni árboles luminosos rodeados de paquetes fantásticos. Ni siquiera sabíamos que eso existiera, pero hoy miro atrás con nostalgia y puedo decir que aquellos días de Reyes de mi infancia eran mañanas gloriosas; que sólo pensando en ellas hacía que nos fuéramos felices a la cama la noche anterior, para despertar nerviosos y entusiasmados en aquella maravillosa mañana de frío, escarcha, vaso de leche y pan con aceite, y algún que otro regalo tan humilde como deseado y esperado.

Mari Carmen

1 comentario:

  1. Pues en mi casa, venía /(con mis hijos) y siguen viniendo (con mis nietas) Papá Noel y Reyes...

    En noche buena, bajo del árbol hay regalitos, y la Noche de Reyes, dejamos
    un vaso de leche para Papá Noel y galletitas para los Renos.

    Y en la noche de Reyes, también dejamos comidita para los Reyes Magos y los camellos...
    Repartimos los juguetes y así tienen juguetes nevos todas las vacaciones.
    Y tienen emoción dos noches.
    Y también ponemos Belén....
    Así que hay que aprovechar todas las fiestas.
    Ya huele a Navidad....Gracias cariño

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